martes, 26 de junio de 2012

EL RENCOR Y EL PERDON


“Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar” Mahatma Gandhi.
Hoy quiero reflexionar sobre dos elementos que se contraponen y que son las dos caras de una misma moneda: el rencor y el perdón.
Antes de hablar sobre cada uno de ellos quisiera destacar una diferencia fundamental entre ambos: el rencor es un sentimiento pero el perdón es una decisión. Qué quiero significar señalando esta diferencia? Que el rencor es algo que viene sin que le llamemos y anida en nuestros corazones como un invitado que seca nuestras vidas mientras el perdón es un ejercicio de nuestra razón que sirve para limpiar el alma de esta antítesis del amor, el sentimiento mas puro que se supone debemos sentir por nuestros semejantes.
Ahora bien, el problema fundamental del rencor, es que sólo nos lo puede inspirar la falta que entendemos comete contra nosotros alguien que nos importa. Esto implica que solo en quien confiamos puede defraudarnos.
El rencor se encuentra emparentado con el odio, con el resentimiento, con el espíritu de venganza y con todo sentimiento destinado a infligir sufrimiento, paradójicamente, a quien lo padece y no al que lo causa y, lo que es peor, sin hacer nada por resolver el problema que lo ocasionó. Si alguien nos ha querido lastimar intencionalmente, a través del rencor estaremos permitiéndole instalarse dentro de nuestras vidas para continuar torturándonos de forma sistemática todo el tiempo que dichos sentimientos perduren.
Si sentimos rencor es porque hemos sido heridos en nuestro ego o hemos sido dañados emocionalmente de alguna manera, a esto le debemos añadir la sensación de decepción respecto de la persona que nos ha ofendido. Esto solo debería provocar suficiente sufrimiento en nosotros ¿Por qué motivo podríamos desear agregar más pesar a nuestro dolor?
El dolor emocional que alguien nos haya causado, lo causó en un presente que vertiginosamente se convierte en pasado. Debemos atormentar nuestro espíritu prolongando a través del rencor un dolor que no hemos originado y del que no conocemos las causas que movieron a quien nos lo causó? Intentemos comprender que aun lo que no comprendemos puede tener explicación. Entonces podremos liberarnos y liberar de culpa a quien nos dañó.
El rencor es pues, un sentimiento negativo que poco a poco se va aposentando en nuestro corazón y en nuestra alma. Es un sentimiento que se dirige hacia los demás y es una manera de mostrar el daño que nos causan. La persona rencorosa, al no decir que le han herido o que le están haciendo daño, guarda la parte más negativa de lo sucedido con resentimiento y, sobre todo, no se olvida de ello.

Hablemos ahora un poco sobre el perdón. 
       
El perdón no es solamente un mecanismo para liberar de culpa a quien nos ofendió, el perdón es un mecanismo para que yo sea libre de la amargura que dejó esa acción en mi corazón. Yo puedo decidir perdonar a alguien que no está arrepentido de verdad de haberme dañado, por que mi intención al perdonar, no es únicamente que esa persona quede libre de culpa, si no que yo quede libre en mi interior, que yo tenga paz, que yo pueda vivir bien, que haya desatado la amarra que me tenía detenido en el puerto.        
El perdón es una virtud del ser humano que revela en esencia lo que es él. Si no perdonamos a nadie, lastimosamente algún día caeremos en el lazo de ser implacables con las faltas, y algún día también seremos implacables con nuestras propias culpas.
El perdón es un regalo inmerecido, perdonamos a alguien que nos hirió aunque no se lo merezca. Y lo hacemos porque asi lo decidimos, porque es la única forma de mantenernos libres y que nuestros juicios sobre los demás puedan ser justos e imparciales.
Si nos damos cuenta, el perdonar es un acto incondicional y unilateral, así como lo es también el verdadero amor. No depende de que el otro haga su parte, sino de que yo haga la mía. Esa parte es perdonar la ofensa recibida.
Los dos obstáculos mas difíciles de superar en el camino del perdón autentico son, en primer lugar, la  soberbia y, en segundo lugar, el resentimiento. La soberbia se manifiesta en la indignación que siente el ofendido de que le hayan hecho algo ya que inconscientemente se siente superior al ofensor (es la base de las personas rencorosas: su sentimiento de superioridad); mientras que el resentimiento ata al ofendido con aquello que sucedió y lo hace repasarlo y revivirlo imposibilitando que lo olvide y lo supere.
Imaginemos por un instante a las personas que nos han hecho las cosas peores. ¿Nos hemos detenido a pensar las razones que los indujeron a proceder así? Quizás nosotros en su pellejo hubiéramos procedido de igual forma. A veces ignoramos que detrás de cada persona se esconde una infancia difícil, unas circunstancias personales complicadas, etc. Si tenemos la suerte de que la vida nos ha premiado con equilibrio, honradez y muchas otras virtudes, sintámonos afortunados, sintámonos felices y agradecidos no superiores a los demás.
Aprendamos pues a perdonar la mezquindad, la envidia, el engaño, la mentira, la cobardía, la hipocresía, la venganza, el odio, la desconfianza, la avaricia, la soberbia, el desprecio, el desdén, la humillación, las críticas... En realidad son carencias, manifestaciones de una persona que nos duelen, pero que quizás deberíamos compadecer y entender más que reprochar.
Por ultimo recordemos la medida del perdón que nos dejaron hace más de veinte siglos: “Perdona nuestras ofensas del mismo modo que nosotros perdonamos a los que nos ofenden”

jueves, 7 de junio de 2012

EN EL DIA DE LAS MADRES A DOS MADRES Y UNA ESPOSA

Aunque no soy muy dado al genero epistolar (referido a la escritura no a la lectura), compartiré en esta entrada dos epistolas que entendí de justicia hacer en la celebración de las madres. La primera´es un poco difícil ya queva dirigida a dos mujeres, una abuela y una tia,que fueron mis madres y la segunda, como reza el titulo, va dirigida a mi esposa, madre de los dos hijos que desde hace un cuarto de siglo han hecho feliz mi existencia.

DOS MADRES
Hace ochenta y tantos años, nació el bebé que se convertiría con los años en mi madre.
Al menos una de ellas, ya que disfruté en mi infancia de dos grandes mujeres que hicieron, entre otros muchos personajes, que hoy esté yo aquí sentado.
Mi “abuela”, ejerció su influencia desde un instinto eminentemente matriarcal, todo un influjo que inculcó a quienes se dejaron. Y mi “madre” obviamente se dejó.
Fue esta mujer un instinto básico y vital que supo, ante todo, venerar a su esposo casi como si se tratara de un patriarca biblico, defender con vehemencia a cada miembro de su familia, educar a la que ejercería con el tiempo el papel de mi madre asi como a sus otros tres hijos (mis tíos).
Aunque hace muchos años ya que murió, tantos que tengo mas años vivo sin ella que los que conviví a su lado, es difícil que pase mas de un dia sin que alguna circunstancia trivial de la vida diaria no mela recuerde.
La veo continuamente, a mi abuela, a través de mi memoria con una nitidez que muchas veces me sorprende.
Recuerdo cada gesto, cada sonrisa y cada expresión de esa gran mujer a la que todos llamaban doña Chola pero que para mi abuelo siempre fue Calita. Un apodo que, si a alguien pudiera sonar a viejo, ella siempre llevó con gran orgullo. Una mujer definitivamente chapada a la antigua. Pero demasiado mujer para dejar impreso su sello indeleble en cada miembro de nuestra familia.
Siempre se notaba. Y lo digo echando mano de todos mis recuerdos. Una mujer como tantas de su época, para quienes la educación, los principios y la moral no se vendían en “botica”, otra de esas mujeres que levantaron familias sobre los cimientos de un orgullo sano de saber quien eres.
Yo no tuve la suerte de nacer de su vientre, pero su vientre produjo una semilla digna de su estirpe a la que debo cualquier cosa que sea hoy: a Cuquin. He aprendido a ser persona a través de estas dos mujeres.


Y UNA ESPOSA
PARA TI ALTAGRACIA POR SER LA MARAVILLOSA MADRE DE MIS HIJOS (Y UN POCO MIA TAMBIEN)

Sabes mujer porqué tu queremos?
Te queremos porque siempre estás ahí. Porque aún cuando estás cansada siempre tienes tiempo para nosotros, porque aún cuando sientes que las fuerzas flaquean, acudes con una sonrisa, porque aún cuando el sueño te vence, eres capaz de abrir los ojos de madrugada para ver si ya llegaron nuestros hijos y a mi, bueno, a mí me giras la cabeza para que deje de roncar. Entiendes porqué te queremos?
Pero además te queremos porque nos ayudas a ser mejores cada día, porque sabes escucharnos, porque nos ofreces tu tiempo, porque nos dices en qué hemos fallado y nos explicas qué podríamos hacer para solucionarlo y porque siempre hay cariño incluso cuando la paciencia parece agotarse.
Te queremos porque siempre estás pendiente de nosotros, porque duermes con un ojo abierto, porque vigilas nuestros pasos acompañándonos en el camino permitiéndonos intentarlo y acertar o intentarlo y equivocarnos, pero ofreciéndote siempre por si necesitamos tu ayuda.
Te queremos porque siempre llegas ahí donde nosotros nos hemos quedado cortos, organizando lo inorganizable y gobernando el timón de este gran hogar que hemos construido.
Te queremos porque nos quieres, porque con tu entrega nos demuestras día a día lo importantes que somos para ti, porque con tu tiempo nos regalas momentos inolvidables.
Te queremos porque decidiste dedicar estos años a ser madre, a criar a Fernando y Guillermo, a ofrecerles tu cariño incondicional sin otras obligaciones, sin horarios, sin reservas, estando ahí a todas horas en las duras y en las maduras, siendo ese angel a tiempo completo que cualquier hijo (y yo me cuento entre ellos) querría para sí.

jueves, 5 de abril de 2012

LA CORTESIA Y LAS BUENAS MANERAS


 “Ahora sabemos leer y escribir, pero nos comunicamos peor, se ha perdido la magia de las formas, la palabra no viene envuelta en papel de regalo”

Una de las primeras enseñanzas (y tal vez de las más importantes) que recibimos desde pequeños es la de la socialización. Tenemos que aprender a vivir y convivir con los demás y esto implica cumplir  una serie de normas morales y educativas  que incluyen la puesta en práctica de códigos que no siempre están escritos. Estas normas  valen por el simple hecho de que se ratifican en la vida diaria, en la cotidianidad, sin necesidad de largos discursos, elucubraciones  o disquisiciones teóricas. Un ejemplo de esto es lo que se ha dado en llamar “buenos modales”, un repertorio de gestos, actitudes y comportamientos que deben ser observados si realmente queremos formar parte de la sociedad sin estridencias. En síntesis: debemos procurar ser bien educados en cada situación que enfrentamos en nuestro diario vivir: el savoir-vivre de los franceses.
La buena educación es un quehacer que mejora extraordinariamente el curso de la vida. No hace falta ser ni obsequioso ni demasiado cortés para reflejar el buen uso de nuestra educación, sólo tener en cuenta los diferentes estados del otro, puesto que portarse con educación significa marcar los vínculos entre personas sin olvidar o ignorar al prójimo.
Las actitudes corteses son testimonio de la consideración, respeto y aprecio por los otros lo que no significa ubicarse en una situación de inferioridad con respecto a los demás. A cualquier edad el trato cortés facilita la convivencia y las buenas relaciones entre todas las personas.
La buena educación enseña, por ejemplo, a dar las gracias y a acusar recibo, a ser puntuales y respetuosos, reconociendo que la otra parte nos importa  y que no descuidamos el valor de sus sentimientos, su presencia, sus necesidades, en fin, de ser tenido en cuenta. De ese modo se demuestra que nuestro interlocutor cuenta o pesa en nuestro interior y consecuentemente le concedemos importancia por el simple hecho de existir. De existir a través de nuestro respeto o, lo que sería lo mismo, a través de nuestra atención.
Sin embargo, en nuestros tiempos hay cosas simples, pero extremadamente importantes, que se han olvidado: dirigirse a los demás con consideración, dar las gracias, pedir disculpas, etc. Posiblemente esto tiene una  misma causa: un notable complejo de inferioridad. Parece que si se considera a nuestro interlocutor, si se "dan" las gracias o se piden disculpas por una falta se queda uno sin lo poco que tiene. Las personas nobles, de carácter (que no es sinónimo de “mal” carácter), "educadas", y de valía no tienen el menor inconveniente en ser agradecidos, algo propio de los bien nacidos.
Existen textos que recogen las buenas costumbres pero no son una lectura urgente en nuestro tiempo ya que nuestro propio entorno (padres, colegas, amigos…) nos está diciendo qué es lo que debemos hacer para comportarnos conforme a esta nueva realidad plagada de vulgaridad y desconsideración.
"Con un lenguaje tan puro, un refinamiento tan grande en nuestros vestidos, costumbres tan cultivadas, y leyes tan bellas, somos bárbaros para algunos pueblos", decía La Bruyére para referirse a la sociedad francesa del siglo XVII, sin embargo, si eliminamos lo de “para algunos pueblos” creo que la frase define perfectamente el tiempo que estamos viviendo. Al salir a la calle y contemplar el espectáculo de nuestro comportamiento nadie pondría en duda que “somos bárbaros”.
Alfonso Ussía en su "Tratado de las buenas maneras" afirma que “la peor plaga que padece hoy la humanidad es la de la grosería”. Esta sentencia la ratificamos todos los que nos movemos en diferentes círculos, analizando los comportamientos que definen la personalidad del individuo de hoy, ese saber estar tan necesario en este país que cada día está más enfermo de mala educación. Hoy en día todo se vale, eso es ser “cool”, actual, hacer lo que la moda impone o lo que me da la gana (“a mi nadie me mantiene”).  Lo que cuenta es llamar la atención a toda costa. Y eso sólo se logra exhibiendo en todo lo que hacemos un vulgar desprecio por las buenas maneras.
El ciudadano “normal”, como es mi caso, siente que no hay forma de hacer valer sus derechos ante estos individuos que han tomado por asalto nuestra sociedad. El desconcierto se reafirma en el desprecio a las formas del que alardean, en la falta de respeto a la figura de la autoridad en todas sus variantes, a los principios si es que los tienen, signo inequívoco una vez más de una educación y una moral  que están por los suelos.
A veces me pregunto qué se puede esperar de una generación que disfruta al máximo de canciones cuya letra es “muu  ah po son vaca”, “pe pe por ahí viene pepe”, “que diablo e, que diablo e lo que tiene el denbow”, y así muchas mas. Y si a la forma de bailarlo vamos es todo un monumento a la peor vulgaridad. Por eso vemos entierros en los que el muerto va cargado de pistolas, el cortejo bebiendo y cantando canciones alusivas a la cotidianidad de estos grupos, lo que nos quieren vender como “música urbana”.
Me reafirmo en mi postura sobre que el respeto a los demás, las formas y la educación no podrán erradicarse, por mucho que se empeñen los miembros de la actual generación, pues son partes esenciales de la convivencia en armonía. Los buenos modales se aprenden desde los primeros pasos y balbuceos, obedeciendo la carencia actual de los mismos a un falso concepto de libertad y de modernidad.
Y esto, señores, sólo se logra en la casa. No tiene nada que ver con el 4%.

sábado, 24 de marzo de 2012

EL PUNTO QUE SEPULTO AL OSCURANTISMO


Suena un poco raro que algo tan diminuto como un simple punto pueda sepultar uno de los momentos mas grises de la historia de la humanidad, sin embargo el punto a que hago referencia no es un punto cualquiera, además de nombre tiene apellido: el punto de fuga.
Un punto de fuga, de acuerdo a los teóricos del dibujo, es el lugar geometrico en el cual las proyecciones de las rectas paralelas a una dirección dada en el espacio convergen. Dicen además que es un punto impropio, situado en el infinito. Un punto de fuga correspondiente a una dirección dada en el espacio queda definido mediante la intersección entre el plano de proyección y un rayo con dicha dirección trazado desde el origen o punto de vista.
Tremenda definición no? Sin embargo como veremos mas adelante uno de los elementos mas importantes de la misma radica precisamente en lo que se refiere al trazado desde “el punto de vista” (y vuelvo con los puntos).
Pues bien, definido este, empecemos a explicar porque hemos decidido invitarle a estar con nosotros en este conversatorio de hoy domingo.
La humanidad ha atravesado por muchos estadios de desarrollo a través de su historia. Realmente todos y cada uno de ellos resultan fascinantes aunque por razones diferentes. Imagino que todo buen soñador, o por lo menos un soñador que se respete, habrá escogido ese momento (o momentos) de la historia que le hace transportarse hacia el lugar ideal en que siente que debía haber nacido. Uno de los momentos que menos fans tiene, y con sobrada razón, es la Edad Media época correctamente llamada “del Oscurantismo”.
La Edad Media es el periodo de tiempo que va desde la caída del Imperio Romano en el siglo V hasta la conquista de Constantinopla en el siglo XV. Nada más y nada menos que mil años en que el mundo se detuvo bajo el imperio del fanatismo religioso.
La oscuridad de la mente humana se hacía palpable, ante la imposibilidad de cuestionar los dogmas religiosos, verdades reveladas que no admitían crítica, ni posibilidad de prueba.
La Iglesia adquirió en esta etapa un inmenso poder que trascendía el ámbito religioso y se produjo un gran retroceso científico, al impedirse elaborar teorías que pudieran contradecir los dichos bíblicos.
El centro de todas las preocupaciones humanas fue Dios y hacia allí debían dirigirse todas sus acciones para lograr una vida virtuosa, ya que el hombre  llevaba en su propia esencia el pecado original, y sólo tenía derecho a una vida plena en el más allá. Atractivo el panorama no?
Con el grito de "Deus lo vult" (es la voluntad de Dios!) y sabiendo que Cristo estaba a su lado, los cruzados cristianos medievales marcaron la historia humana para siempre cometiendo las mas viles atrocidades, matando hombres, mujeres y niños, moros y judíos por igual. Se estima que el día que Jerusalem fue conquistada por los cristianos 70,000 victimas pagaron con sus vidas el “glorioso” hecho.
Un mundo cristiano, y un pensamientocristiano, pusieron al hombre y sus ideas, de rodillas ante Dios. La búsqueda de la verdad científica no era necesaria ante la existencia de la única verdad posible: la revelada por el Creador. La cultura de la época estaba en manos de los clérigos, que monopolizaban los saberes.
Resultado? Según el historiador Joseph McCabe “nadie, excepto un experto, lee hoy en día un libro escrito entre los anos 420 y 1100 de nuestra Era”. Setecientos años y no hay ni siquiera un solo libro que refleje el pensamiento de mas de treinta generaciones?
La cosmovisión del hombre, la transmisión de sus ideas y valores en esta época solo se expresaba a través de la pintura, la escultura, la orfebrería, frescos y retablos. Los cultores de estas artes “permanecían en el anonimato de una condición artesanal de poco prestigio social” y los mismos centraban su arte en tres aspectos fundamentales: era una ofrenda a Dios, eran intermediarios entre el mundo sobrenatural y el humano (hacían visible lo invisible) y por ultimo era una afirmación del poder de Dios y de la iglesia.
Como consecuencia y para no desafiar el poder de la iglesia, todo el arte de la época medieval tiene una concepción plana ya que es la expresión de como Dios ve a sus criaturas desde el infinito. El énfasis no esta en el hombre y sus usos y costumbres sino en Dios.
Aquí arribamos al fin al punto que invitamos a compartir con nosotros: el punto de fuga.
Resulta que existió por los años 1200 un pastor italiano, específicamente florentino, que tomó unas tablas y empezó a pintar las ovejas que constituían su rebaño. Cansado de aquella monotonía tomó como modelo diferentes escenas cotidianas de la naturaleza que nada tenían que ver con las cortes divinas. Aunque en ese momento no podía saberlo estaba por cambiar al mundo. Su nombre era Giotto di Bondone (mejor conocido solamente como Giotto).
Aunque, en cierta medida, su formulación espacial es bastante primitiva, su observación de la Naturaleza le lleva a crear un marco real, ya sea con arquitecturas, ya en un paisaje abierto, en donde transcurren los acontecimientos narrados.
Lo trascendental de Giotto en nuestro comentario radica en que estas escenas de la cotidianidad en que centró su arte empezaron a abandonar la concepción plana en que eran expuestas antes.  La profundidad entre el observador y lo observado que logró a través del uso rudimentario de la perspectiva empezó a poner el énfasis del pensamiento en las actividades de las criaturas y no en las expectativas del Creador.
Desde Giotto, y a través de muchos otros, llegamos a Masaccio (sin olvidar a Piero della Francesca que definitivamente perfeccionó el uso de la perspectiva) y su famoso cuadro de la Flagelación. Por primera vez vemos una escena religiosa (la Flagelación de Cristo) en un segundo plano mientras el primer plano de la obra lo ocupan unos dandies italianos que conversan animadamente totalmente ajenos al drama que se vive a sus espaldas.
Este primer plano ocupado por el hombre dentro de una misma escena en la que existe un segundo plano ocupado por la religión fue posible gracias al punto de fuga. Aquí se inició el Renacimiento y definitivamente se sepultó el Oscurantismo.

martes, 6 de marzo de 2012

CRISTOBAL JIMENEZ Y EL ARTE DE LA GASTROSOFIA



A mi hermano de batallas Cristóbal Jiménez (AKA Cavalo) por las tantas y atrevidas fusiones que hemos podido disfrutar.

Hace ya siete años que empezamos a ser amigos, y digo empezamos porque la amistad es un camino mas que una meta, cada día trae nuevas oportunidades de incrementar el balance de esta cuenta.
Nos habíamos conocido pocos días antes bajo el candente sol de Bávaro durante una jornada de trabajo en el primero de varios proyectos que después acometeríamos.
En aquel momento yo vivía en la zona y el iba varios días a la semana; durante el día cada uno estaba inmerso en sus actividades particulares, pero al llegar la noche aprovechábamos para escuchar música, compartir vinos y sobre todo conversar. Eran unas veladas amenas en las que siempre intentábamos sorprender al otro con lo que habíamos desenterrado durante la semana en lo relativo a música, a temas de conversación, y sobre todo a los vinos con los que hacíamos acompañar las mismas.
Así cobraban vida cada semana Claude Luter, Sidney Bechet, Le Louissiana Jazz Band, y su contraparte americana Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Thelonius Monk, Louis Armstrong, y demás amigos y, a medida que el vino avanzaba, esto terminaba buscando el nombre al final de la calle de Camboy o la Poquita de Fe de Julito Deschamps.
Sin embargo dentro de lo mucho conversado nunca habíamos tocado el tema de la comida.
Una noche de rayos y centellas, en medio de un aguacero épico, llegó con dos latas repletas de langostas que había encargado a los pescadores de Punta Cana (en aquel momento estaba construyendo la ampliación del Club Med). Y fue así como esa noche, indudablemente, empezamos a ser amigos.
Asumió con maestría la preparación de las mismas y me di cuenta que era poco lo que me tocaba hacer mas que llevar la conversación y descorchar las botellas de un Muga exquisito que se despacharon esa noche.
A partir de ese momento las liberalias incluyeron como elemento principal la comida. Sin embargo lo que nos propusimos desde el principio fue el convertir carnes mediocres en platos deliciosos. Evadimos el filete, el lomo, el solomillo, el churrasco y sus relacionados y nos propusimos ver hasta donde podíamos revestir de dignidad la Punta de Palomilla, la masa de cerdo, la pulpa, las costillitas y en lo que a frutos de la mar se refiere nos íbamos a Macao y traíamos buenas provisiones de chillos, bonitos y carites.
Cuando le tocaba cocinar se inclinaba por el estilo mediterráneo, haciendo énfasis en los sazones; por el contrario cuando me tocaba a mi me inclinaba por el estilo francés haciendo énfasis en la preparación de las salsas.
Descubrimos que ambos sentíamos lo que llamamos “el placer de la mesa”, que sentarse ante un buen plato era algo más trascendente que simplemente alimentarse.
La principal diferen­cia entre alimentación y gastronomía es simple, la alimentación es la satisfacción de unas necesidades físicas; la gastronomía permite sublimar esta función y convertir el acto de comer en un placer para los sentidos y para el intelecto.
Sin embargo, un gourmet es alguien con un paladar exigente que entiende cuando toma una buena comida. La palabra proviene del término francés groumet que define a la persona encargada de la comida y los vinos, algo que podríamos traducir por gastrónomo.
Definitivamente no podíamos decir que este término nos definía aunque excedíamos el simple hecho de distinguir entre un Big Mac y un Whopper.
La práctica lleva ya casi siete años de disfrute y ha sido recientemente cuando me encontré con una palabra que podría definir esto que hacemos: gastrosofía.
Gastrósofo, es el individuo que se comporta como una especie de filósofo discreto, prudente y entendido, con un alto refinamiento a la hora de seleccionar manjares y bebidas.
De la anterior definición sólo no cumplimos con el "alto refinamiento" pero espero que con la práctica nos ajustemos a esta definición.
Vayan pues mis parabienes para el buen gastrósofo Cristóbal Jiménez (Cavalo) por los diversos "inventos" conque ha halagado nuestros paladares.

Febrero 2012



 


lunes, 27 de febrero de 2012

UNIVERSO O PLURIVERSO?


Donde estamos ubicados?

“El mundo moderno comenzó el 29 de mayo de 1919, cuando las fotografías de un eclipse solar, tomadas en la isla del Príncipe, frente al África Occidental, y en Sobral, Brasil, confirmaron la verdad de una nueva teoría del universo”.
El párrafo anterior especifica, de acuerdo a Paul Johnson, el momento exacto en que dio inicio lo que hoy conocemos como mundo moderno. Ahora bien, la pregunta obligada sería, qué tan importantes fueron estas fotografías o los lugares en que fueron tomadas que parieron el mundo moderno.
Pues sucede que las famosas fotografías fueron tomadas exactamente a la misma hora pero desde dos puntos de observación diferentes. Esto hizo que al compararlas se determinara que el mismo hecho visto al mismo tiempo pero desde dos lugares diferentes en el espacio presentara dos realidades diferentes.
Hasta este momento el espacio era considerado plano y el tiempo absoluto. A partir de este 29 de mayo ambos pasaron a ser relativos. Y con ellos la ubicación del hombre en dichas coordenadas. Era el segundo garrotazo que nos daban: primero Galileo sacándonos del centro del universo y ahora, 3 siglos después, un jovencísimo Einstein desubicándonos en el tiempo y en el espacio.
Arriba o abajo, antes o después, lento o rápido, dejaron de tener sentido o valor en si mismos para  ser variables que adquirirían su medida de acuerdo a la ubicación del observador. Pero he ahí la palabra clave: el observador. Sin un observador ubicado en algún lugar del espacio y en un instante del tiempo qué sentido tiene lo que existe?
Mientras esto sucedía con respecto al estudio del espacio otro tanto estaba pasando, prácticamente de manera simultánea, con el estudio del átomo. En el año 1911 Rutherford lanzó la primera teoría sobre la estructura del átomo. En ella decía que los electrones giraban alrededor del núcleo como si fuera un sistema solar en miniatura.  
Ahora bien, cuál es la definición del átomo para estos señores? “Es la unidad mas pequeña de un elemento químico que mantiene su identidad o sus propiedades siendo imposible su división mediante procesos químicos”. 
O sea que tanto hacia afuera como hacia dentro (del observador) se nos destapaban dos caminos infinitos: el macrocosmos y el microcosmos.
Pasamos a ocupar una posición intermedia con una característica interesante. Cuál es esa característica?
No podemos penetrar físicamente dentro de un átomo ni tenemos tiempo de llegar con vida al final del universo (si es que existe), sin embargo estamos relacionados con ambos extremos de manera indisoluble porque somos lo único que existe capaz de concebirlo. Este paradigma especial de la mente capaz de reflejar ambos infinitos solo es posible si en algún lugar de nuestro cerebro tanto espacio como tiempo no existan. 
¿Será que todo lo que existe sólo existe porque nuestro cerebro puede concebirlo?

viernes, 24 de febrero de 2012

DE TAL PALO...TAL ASTILLA?


DE TAL PALO….TAL ASTILLA?
EN ESTE CASO NO SE CUMPLE EL REFRÁN

Empezando nuestra historia dice Dios Padre:
¿Qué has hecho? ¡Escucha! La sangre de tu hermano clama desde el suelo. Ahora estás maldito y la tierra, que abrió su boca para recibir la sangre de tu hermano rechazará tu mano. Cuando trabajes la tierra, no te dará fruto. Vagarás eternamente sobre la tierra.
Muchos años después escuchemos lo que dice Dios Hijo:
Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
Ampliando nos encontramos unos años después lo siguiente sobre Dios Padre:
Yahve observó que los hombres se estaban multiplicando sobre la faz de la Tierra y la maldad crecía en ellos y el propósito de su creación no se cumplía, por lo que decidió destruir esas generaciones.
Qué decisión tomó?
Aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas del cielo fueron abiertas, y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches. El diluvio cubrió hasta las montañas más altas. y todas las criaturas de la Tierra murieron.
Sin embargo el Hijo plantea la siguiente alternativa:                              
Si guardareis mis mandamientos, estaréis en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre, y estoy en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Nadie tiene mayor amor que este, que ponga alguno su vida por sus amigos.
Yo, humildemente, los respeto a ambos pero si al final tengo que argumentar con alguien espero que sea con el Hijo.