lunes, 20 de mayo de 2019

El amor como fuente de creación

El amor es tema por excelencia de todas las artes, y es un mar inagotable de posibilidades creativas. Son muchos los escritores que han ofrecido definiciones del tema, la mayoría esbozadas en las páginas de sus obras más íntimas. Por eso, la literatura, entre otras cosas, se encarga de darnos frases memorables que explican el amor en el mundo mejor de lo que a veces podemos explicárnoslo.
Anaïs Nin, en sus cartas a Henry Miller, dijo: “Qué es el amor sino la aceptación del otro, lo que sea que el otro sea”.
Susan Sontag, en sus bitácoras y diarios registró: “Nada es misterioso, ninguna relación humana. Excepto el amor”.
Bukowski, en una entrevista dijo: “El amor es parecido a cuando ves una niebla en la mañana cuando despiertas antes de que salga el sol. Es solo un pequeño momento, y luego desaparece… El amor es una niebla que se incendia con la primer luz del día de la realidad”.
Shakespeare, en su Sueño de una noche de verano, aludiendo al “ojo de la mente” escribió: “El amor no mira con los ojos, sino con la mente”.
Dostoievski, en Los hermanos Karamazov, apuntó: “¿Qué es el infierno? Mantengo que es el sufrimiento de no ser capaz de amar”.
Antoine de Saint-Exupéry, el autor de El principito, en su Odisea de un piloto, escribió: “El amor no consiste en mirase el uno al otro, sino en mirar hacia fuera en la misma dirección”.
Agatha Christie, de su lado, y haciendo eco a lo que dijo Anaïs Nin, escribe: “El amor es un pensamiento curioso, pero solo cuando ves a alguien que se ve ridículo te das cuenta de cuánto la quieres”.
Borges, menos sutil, ubica el sentimiento en el tiempo y en el espacio: "Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo".
Garcia Marquez nos regala una definicion practica: "Te quiero no por quien eres, sino por quien soy cuando estoy contigo"
Don Mario Vargas Llosa, la circunscribe de manera personal: "Hay días en que la recuerdo y me pregunto: Qué estará haciendo? Hay noches en que la extraño y me pregunto: Qué me estoy haciendo?.”
Y asi podriamos seguir citando tantas definiciones como interesados en definirlo haya, no obstante, no podriamos terminar sin citar la que mas hondo cala y es cuando Don Mario Benedetti nos cuenta:
"Y aunque no siempre he entendido mis culpas y mis fracasos, en cambio sé que en tus brazos el mundo tiene sentido".

domingo, 19 de mayo de 2019

Tres historias de amor

El amor imposible de Dante fue Beatriz Portinari a quien inmortalizó en su obra "La Divina Comedia" y en sus sonetos de la "Vita Nuova". Dante nos descubrió una nueva forma de amar, sin egoísmo, sin correspondencia, sin esperanza. Una amor idealizado que le permite seguir viviendo con Beatriz como musa de su obra.
El caso de Marco Antonio y Cleopatra es parecido. Estando Marco Antonio en Tarso, convocó a Cleopatra para un encuentro personal. Ella, que ya no contaba con aliados en Roma y para deslumbrar al nuevo poder, preparó le reunión con todo lujo de detalles. Arribó a la cita en un majestuoso barco escoltado por una flotilla ataviada con todo lujo. El extraordinario atractivo de la reina impresionó a Marco Antonio quien, ganado por su encanto, le concedió algunas de sus peticiones. Pero el romano pasó toda la estación olvidando sus responsabilidades, malgastando el tiempo en todo tipo de derroches y ociosidades. Mientras, en Roma, Octavio sentaba las bases para la inminente pugna contra Marco Antonio, desacreditándolo ante el Senado y acusándolo de dedicarse a pasar los días de bacanal en bacanal con su "furcia "egipcia.
Ya lo de Paris y Helena es mas trágico aún. Aunque se la conoce como Helena de Troya, resulta que Helena no era de Troya, sino de Esparta. Y resulta que era la mujer más bella del mundo.
Un buen día estaba Helena en su palacio junto a su marido y apareció por allí el príncipe troyano Paris. Como era costumbre por las leyes de hospitalidad en la Grecia antigua, le dieron alojamiento y le agasajaron con banquetes, regalos y buena conversación. Pero Paris no podía apartar la mirada de la hermosa Helena y Helena no podía dejar de mirar a al joven príncipe que por fuerza debía ser el famoso Príncipe Azul.
Paris y Helena se volvieron locos de amor. Helena se fugó con Paris y juntos se fueron a Troya. La guerra entre Esparta y Troya no se hizo esperar.
Esto nos permitió recibir dos regalos eternos: La Ilíada y la Odisea.
Lo que vemos en este trio de historias inmortalizadas por la humanidad es el alcance que puede tener esa llama que se apodera del pecho de los hombres, ese algo capaz de cambiar la historia de la mitología, de la literatura y del poder!!

El pensamiento libre

“No bien se nace, ya están junto a la cuna con grandes y fuertes vendas preparadas en las manos, las filosofías, las religiones, las pasiones de los padres, los sistemas políticos y lo atan y lo enfajan y el hombre es ya para toda la vida un caballo embridado “
José Marti
El ser libre pensador, es decir, hacer uso del libre pensamiento, creo que es la mas excelsa de las manifestaciones del ser humano ya que es la facultad que tiene cada persona de utilizar con entera libertad la razón, para conocer la esencia de todo lo que existe y ocurre, en la realidad.
El libre pensamiento “auténtico” es aquel que ha sido provocado por motivos constantes y esenciales, por aquello que al individuo le resulta significativo e indispensable, aquel que le permite llegar a conclusiones contradictorias o no después de recorrer el proceso racional, en forma responsable y metódica, sin apartarse del orden lógico planeado, utilizando todos los mecanismos de la razón y leyes que conoce.
Un pensamiento libre, natural y puro es solo aquel que le permite al individuo alcanzar por si mismo en forma independiente, sin atenerse o apoyarse en suposiciones o métodos ajenos impuestos, un propósito particular.
De modo que cualquier pensamiento que este basado en la ignorancia, no es un pensamiento libre, como tampoco lo es el que este encaminado a suprimir o restringir las libertades de cualquier otro hombre, y nunca lo será el de aquel que se alquila para pensar y luego decir lo que conviene a la moda o lo que los otros quieren oir, aunque lo enmascare con un lenguaje bien estructurado.
Es así mismo un pensamiento crítico porque valora con exactitud, las propias conclusiones, sus puntos débiles y fuertes, descubre sus valores y equivocaciones y frena las fantasías cuando estas comienzan a llevarlo por un camino falso hacia planos irreales.

sábado, 18 de mayo de 2019

El hombre natural en estado primitivo

"Todos los hombres nacen ignorantes de todas las cosas" y la mayoría viven así la mayor parte de su vida, dice Spinoza.
Los hombres estamos, por naturaleza, sometidos a las pasiones. Esto no significa que, en esa situación, el hombre sea un simple animal y que no posea razón alguna. Significa más bien que, al no ser la razón el principio que guía a todos, el apetito, para los hombres primitivos, es un criterio tan válido como la razón. Es decir, mientras consideramos que los hombres viven bajo el imperio de la sola naturaleza, aquél que aún no ha conocido la razón... vive con el "máximo derecho" según las leyes del solo apetito, exactamente igual que aquel que dirige su vida por las leyes de la razón. Por eso no les mueve otra cosa que lo mismo que a los animales.
Ahora bien, en esa situación, no hay paz ni seguridad ni abundancia, sino que campean por doquier el miedo, la inseguridad y la miseria. Como es obvio, los hombres vieron tales inconvenientes y las ventajas, en cambio, que les reportaría el "vivir según las leyes y los seguros dictámenes de nuestra razón". Así, pues, concluye Spinoza, "para vivir seguros y lo mejor posible, los hombres tuvieron que unir necesariamente sus esfuerzos... Por eso, debieron establecer, con la máxima firmeza y mediante un pacto, dirigirlo todo por el solo dictamen de la razón... y frenar el apetito en cuanto aconseja algo en perjuicio de otro". Pero, insisto, eso solo se refiere a aquellos hombres y pueblos que lograron, mediante el ejercicio de civilizarse, llegar a ser guiados por la razón.

viernes, 17 de mayo de 2019

El ejercicio de la presidencia

Un buen presidente debe tener claridad del rumbo que le quiere dar a su gobierno, de las medidas que hay que tomar para lograr sus metas y de los apoyos que requiere para tal fin. Debe dar muestra permanente de liderazgo.
El presidente debe tener todos los elementos para ser el principal actor polìtico del país, pero para hacerlo debe ser capaz de diseñar un agenda polìtica de largo aliento, en un sinfín de temas.
El presidente debe ser capaz de encabezar las principales negociaciones polìticas del país, incluso entre actores de la sociedad. Un buen presidente debe ser capaz de sentarse con académicos, periodistas, empresarios, organizaciones sociales, defensores de derechos humanos, etcétera, y ofrecerles a todos algún tipo de respuesta a los problemas que tienen. Eso no significa que el presidente no deba escuchar; por supuesto que debe estar atento a los planteamientos que se le hagan, pero luego de escucharlos debe formular algún tipo de respuesta, ya que eso es lo que espera la gente de él: que tenga ideas pertinentes e idóneas para resolver problemas.
La actuación de un buen presidente debe basarse en un plan maestro preconcebido, en el que se articulen con claridad los propósitos que hay que lograr, las áreas responsables de cada tema, los tiempos de ejecución de los proyectos y la forma en que se van a rendir cuentas respecto de los avances logrados y de los no logrados. Todo eso debe estar en la cabeza del presidente, desde el inicio de su gestión. Cuatro años puede parecer mucho tiempo, pero en polìtica se pasan en un simple abrir y cerrar los ojos. El presidente debe desde el primer día de ejercicio del cargo comenzar a correr y no detenerse hasta el último minuto de su gestión; pero esa carrera debe tener rumbo y orientación, para evitar demoras y extravíos, que pueden ser dañinos para el presidente, pero terribles para el país en su conjunto.
Los malos presidentes son los que navegan sin rumbo, atendiendo el problema que surge diariamente, apagando fuegos aquí y allá, sin haber trazado una ruta y sin tener la capacidad de identificar los pasos que hay que dar para generar politicas públicas exitosas.

martes, 14 de mayo de 2019

Dos versiones de Tiresias

Tiresias fue, según la mitología griega, uno de los grandes adivinos que existieron en la antiguedad. Sin embargo lo mas interesante sobre este personaje son las dos versiones diferentes de como adquirió sus dotes.
En la primera de ellas se cuenta que Tiresias fue cegado al haber visto accidentalmente a la diosa Palas desnuda. Cariclo, la ninfa que a la vez era tres ninfas, decidió intervenir a su favor y consiguió que Palas en compensación le concediera el don profético. Esta es la primera de las versiones que giran en torno a Tiresias y su profetico don.
Sin embargo existe otra bastante distinta y mucho más celebre. Cuenta esta que un día paseando por el monte Cileno, el joven Tiresias vio a dos serpientes copulando. Parece ser que Tiresias intervino, no se sabe si separando a las serpientes o hiriéndolas o matándolas, el hecho es que como resultado de su intervención él quedó convertido en mujer. Siete años después se encontró paseando por el mismo lugar, volvió a ver a dos serpientes copulando y Tiresias decidió intervenir de nuevo.
Esta vez recuperó su sexo original, volvió a ser un hombre. Esta aventura le hizo célebre entre los dioses y un día en que Zeus y Hera discutían sobre quien experimentaba más placer en el acto sexual, si el hombre o la mujer y decidieron consultar a Tiresias ya que él había vivido ambas experiencias. Tiresias afirmó que si el placer sexual se componía de diez partes, la mujer se quedaba con nueve y al hombre le quedaba una. Con esta respuesta Hera se encolerizó dado que el gran secreto del sexo había sido revelado y decidió privar a Tiresias de la vista. En compensación Zeus le ortogó el don de la profecía y el privilegio de una larga vida, según se dice Tiresias vivió siete generaciones.
Cual de las dos aceptamos como cierta? Creo que es obvia la respuesta...

Apreciar el Arte

Apreciar el arte es una manera hermosa de entender la vida, a nosotros mismos y a nuestro entorno. Cuando vemos una película, cuando presenciamos una obra de teatro o de danza, cuando leemos buena literatura, cuando escuchamos música u observamos una pintura, por lo general tratamos de buscar el significado detrás de la historia que el artista quiere transmitir y lo interpretamos en función de lo que sabemos de la vida.
El lenguaje del arte, expresado a través de sonidos, colores, formas, líneas, e imágenes, a veces dice más que las mismas palabras. El arte alcanza nuestras almas, conectando lo que hay dentro de nosotros con las realidades externas. Cuando estamos constantemente expuestos a expresiones artísticas, tendemos a desarrollar nuestra preferencia estética, y al cultivar nuestra estética personal, nos motivamos a crecer y a aprender más. Empezamos a conocer nuestro concepto de “belleza” y aprendemos qué colores, formas, imágenes, sonidos, son cosas que nos dan placer.
Nos conocemos a nosotros mismos a través del arte, ya que nuestra percepción de éste es lo que nosotros somos.


(Imagen pintura de Paul Cezzane)

lunes, 13 de mayo de 2019

La belleza y la vejez

Los psicologos modernos afirman que aquellos que tienen la capacidad de disfrutar y apreciar la belleza con más facilidad, de extasiarse y emocionarse con ella, encuentran más alegría en sus vidas y pueden conectar mas profundamente con otras personas.
Podemos deducir entonces que la capacidad de apreciar la belleza ya sea en acciones humanas, en obras de arte, en la naturaleza o hasta en el físico de otra persona ayuda a mejorar nuestro bienestar, ya que poder apreciar lo bello nos hace sentir bien.
Picasso decía que “el arte nunca es la aplicación de un canon de belleza, sino lo que el instinto puede concebir”.
Todos tenemos alguna forma de belleza pues la belleza está en todos y en todo. Solo hay que reconocerla o entrenarnos para reconocerla. Está en una sonrisa, en una palabra a tiempo, en una mano tendida, en un aguacero, en una canción, en un sol espléndido, en unos dedos, en una silla, en una frase, en un poema, en una cicatriz... o hasta en los ojos que leen este texto. Abramos bien los ojos bien porque, como dijo Kafka, “quien conserva la facultad de ver la belleza, no envejece”....

domingo, 12 de mayo de 2019

El impulso de la vida

Nuestros ojos ven aquello que nuestra mente proyecta, porque los pensamientos son como imanes: atraen situaciones de la vida.
Es así como inventamos nuestro camino: a medida que avanzamos en él.
Y en el camino están los otros, las personas, la gente, el resto del mundo, en fin, los humanos como tú. Es con estos seres que orquestas tu emotividad estableciendo un complejo sistema de trueque afectivo donde dar y tomar no es siempre claro y transparente.
Porque funcionamos como un imán de los afectos, por eso tenemos a veces la sensación de ser al mismo tiempo prisioneros y verdugos, por esto buscamos siempre el mismo tipo de personas y nos ahogamos en los mismos problemas.

Sí, todo conflicto desea ser resuelto, éste es el motivo de su obstinada existencia. Por eso, aunque nuestra marcha nos lleve allá o aquí, nuestro mundo interno nos seguirá como una sombra fiel. Enfrentemoslo y superemos aquello que detiene nuestros pasos. Sino por qué razón nos proponemos avanzar?
Nuestras batallas internas no son casualidades: son lo que se opone a nuestra marcha, aquellos que consideramos enemigos, aquello que llamamos el mal se manifiesta ante nosotros con mil disfraces pero con un único origen.
Creceremos cuando seamos capaces de vencer nuestros miedos personales, cuando arranquemos de una vez y para siempre las raíces de las dudas.

Es como un soplo, una intención de nuestro ser que actúa defendiendo su derecho a la vida. Es eso cuyas manos invisibles nos alzan cada vez que caemos, aquello cuyo aliento nutre la llama de la esperanza aunque el camino se deshaga a nuestros pies.
Cuando seamos capaces de quitarle la máscara a ese personaje que proyectamos al mundo, a eso que dice ser uno, podremos ver aquello que entorpece nuestro andar, que nos llena de humo los ojos y de amargura el corazón. Entonces algo sucederá ya que la pulsación de la vida es contagiosa: si vencemos en ese combate nos será devuelta toda la fuerza que creíamos perdida, algo se romperá dentro nuestro como un río de energía que desborda y nos inunda como una peste sana, como un viento de liberación que llena los pulmones, sentiremos la fuerza de la vida circular sin trabas en todo nuestro ser.
Amor, dicen algunos.
Unidad, dicen otros.
Conciencia cósmica, armonía, éxtasis...soporta cualquier nombre. Lo cierto es que desde ese momento nada será igual que antes.
Aunque tu boca no lo sepa explicar en nuestros cerebros se hará presente aquello que sabe a la perfección cuál es la meta y también el trazado de la marcha.
Y no tiene nada que ver con la muerte: ese impulso supera la muerte y justifica tu vida...

Ciencia y Mitos

La Ciencia ha desarrollado nuestro conocimiento y entendimiento sobre la base del escepticismo, se ha cuestionado la naturaleza de las cosas y nos ha permitido surgir como especie dominante en este planeta. El pensamiento mítico, en cambio, se sustenta en un conocimiento supuestamente revelado que carece de bases objetivas y orientado a la veneración de seres cuya existencia no se puede probar. Además, la mitología (es decir la explicación de lo que existe sobre la base de mitos) jamás ha contribuido con un mejoramiento para nuestras condiciones de vida. Guerras santas, terrorismo y demás atentados contra la integridad de las personas, son los tristes recuerdos de las masacres que este sistema oscurantista y totalitario ha legitimado durante su historia.
La creencia en seres sobrenaturales es una de las ideas más antiguas de la humanidad. Las interrogantes sobre el origen y la naturaleza de nuestra existencia, así como el ansia del conocimiento absoluto, han sido las motivaciones para imaginar soluciones ante aquello desconocido o incomprensible. Sin embargo, el hecho de que algunas culturas hayan desarrollado la idea de uno o varios dioses no significa que fueron motivados de la nada para creer en ellos, tal como si fuese algo impreso en la conciencia humana. En realidad, tiene mucho más que ver con el primitivismo intelectual. Incluso podemos afirmar que los fundamentos de la idea misma son nulos.
Las cualidades de lo sobrenatural, hacen que su concepción misma sea algo puramente especulativa. Los seres mitológicos han sido históricamente relacionados con poderes extraordinarios, dado que su naturaleza se considera por encima del mundo físico. Sin embargo, al no haber evidencia de que tales poderes son posibles, su existencia debe considerarse como parte de la especulación humana. Algo que no esta mal para aquellos que se sienten protegidos sintiendo que alguien todo poderoso le esta cuidando de manera personal.

El ejercicio de la razón

El afirmar que somos racionales no implica que siempre tengamos la razón. La paradoja de esta realidad es que los seres dotados de raciocinio son los únicos que pueden equivocarse e incurrir en el error; aunque lo puedan corregir y rectificar. En este sentido, podríamos afirmar que el hombre no es un animal racional propiamente dicho, sino un animal que tiene la capacidad de razonar; pero que unas veces la usa y otras no. Sin embargo, esa capacidad de razonar es, precisamente, la que define al ser humano como ser racional, pues nadie puede dar lo que no tiene.
Las personas pueden incluso perder la razón, lo que es imposible en los demás animales que carecen de ella.
La razón es, por consiguiente, un instrumento que nos permite indagar la verdad; pero también asumir el riesgo de caer en el error. El error se comporta como un inseparable compañero de nuestras vidas. Tanto el acierto como el error son propios de la actividad intelectual, a sabiendas de que "la verdad es una" y "el error es múltiple" como decía Simone de Beauvoir.
Pensar y pensamiento no son lo mismo, pues pensar es una actividad mental común a todos los seres racionales; pero el pensamiento, aunque recaiga sobre la misma cosa, es individual e intransferible de cada persona y, por eso, no tiene porqué ser el mismo en todas ellas. Pensar es una actividad y el pensamiento el resultado de esa actividad.
Por eso aunque todos pensemos sobre un un mismo hecho es muy posible no todos razonemos lo mismo....