jueves, 5 de marzo de 2020

La paciencia


La prisa y la impaciencia realmente significan muy poco. Las cosas van a ir siempre a su ritmo, por más que intentemos de que se adapten a nuestro exigente guión, marcado por la cultura de la inmediatez.
Es precisamente esto lo que hace importante cultivar el arte perdido de la paciencia. Siempre que nos sentimos impacientes, generandonos malestar, estamos dando por sentado que nuestra felicidad no se encuentra en este preciso momento. Esta sensación actúa como un indicador que nos avisa de que no estamos a gusto con nosotros mismos. Si lo estuviéramos, no tendríamos ninguna prisa en que cualquier otra persona, cosa o situación avanzara a una velocidad mayor de la que lo está haciendo. Seríamos conscientes de que esa actitud no sirve para acelerar el ritmo de lo que nos sucede. Eso sí, al adoptar esta actitud más constructiva, es necesario que nos recordemos de vez en cuando que todos los procesos que conforman nuestra vida tienen su tiempo particular. Y que todo lo que necesitamos para ser felices se encuentra en este preciso instante y en este preciso lugar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario